

Las familias se juntaban para pasar unos días con buen rollo. Nos bañábamos en las albercas de riego. Esta, la de las Fuentecillas, que ahora mis hijos llaman "de las ranas", está seca, agrietada, abandonada, desmoronándose...Yo tenía 15 años. Conocí a Cecilia que tenía 13. Hasta ahora. Los dos estamos dentro del agua.