octubre 22, 2015

Ha llegado el otoño



El almez es el primero en amarillear. Ya han llegado los zorzales, que vuelan raudos entre los olivos en busca de comida. Los pinzones y petirrojos cantan por las mañanas y al atardecer. El suelo se humedece con las pocas lluvias que han llegado y se va cubriendo de hojarasca. Huele a fábrica de sidra por  las manzanas caídas que fermentan en el suelo.
Los agricultores todavía andan preparando los ruedos de los olivos para la recolección, después de haber quitado los chupones, desvaretado o espestugado -como dicen en las tierras de El Condado-.
Yo estoy a la espera de comprobar si el compost que hice en primavera está maduro para aportarlo a las plantas.
Los próximos fines de semana voy a plantar con mi padre los sarmientos de vides entre los olivos. Confio en su experiencia para obtener unos buenos parrales. Ha cumplido 95 años, y es un pozo de sabiduría de cómo manejar el terreno, una biblioteca formada por los conocimientos transmitidos oralmente desde siglos, generación tras generación, sin estar escrito en ningún sitio, sólo en su memoria y que nosotros hemos despreciado con demasiada prisa e irresponsabilidad.