Los basilios habían comprado a los agustinos en 1577 el monasterio de Cazalla, pero antes éstos ya estaban en Cambil y habían viajado a Roma en busca de la confirmación papal de la Orden
El viaje a Italia de los basilios de Mata-Bexix
El monasterio
recibió diversas donaciones y su situación económica resultó muy desahogada.
Pero tras 20 años de haber recibido del obispo de Jaén las reglas, no les
pareció el acto bastante canónico y decidieron que su abad, fray Bernardo de la
Cruz, fuese a Roma. Lo hizo en 1560, siendo confirmada por el papa Pío IV y con
facultades para recibir él mismo profesiones religiosas, e incorporándose a la
Orden de San Basilio de Italia, yendo posteriormente al monasterio Basilio de
Grottaferrata. Volvió a España acompañado por monjes basilios italianos para
instituir a los ermitaños de las celdas del rio Oviedo, convirtiéndose este
convento, aparentemente, en la retauración de la Orden en España. En 1574, por
bula del papa Gregorio XIII, cambiándoles la vestimenta de pardo a negro, con
hábito y cogulla.
Los otros monasterios basilios de la Península
Había otros dos
enclaves basilios habían nacido sin conocimiento los unos de los otros, pero
con espíritu muy similar. Uno era la fundación del eremitorio Yermo del Tardón
en la Sierra Morena cordobesa, impulsada por el padre Mateo de la Fuente; y el
otro el centro constituido por Francisco Aguilar de Loaisa, quien tras recibir
el hábito basiliano en Italia, que fundó en Valladolid el monasterio de San
Cosme y San Damián.
La unificación de
estos tres enclaves fue algo lenta y se tradujo en numerosos problemas y
enfrentamientos, casi siempre surgidos a instancias del Yermo del Tardón, cuya
vocación eremítica era mucho más fuerte que la de sus claustros hermanos. En
1577, Gregorio XIII emitía una bula por la que unía los monasterios andaluces
(ese año ya habían creado también el de Cazalla y no sé si alguno más) en una
sola congregación, con el padre Bernardo de la Cruz como superior; por fin, en
1595, el monasterio de Valladolid se unió a los andaluces e inmediatamente se
produjo la división de la Congregación
en tres provincias: la del Tardón, la de Andalucía y la de Castilla. La primera
se separó de las otras dos y en 1603 formó congregación independiente, cuya
trayectoria vital fue cada vez más decadente, llegando a reunir solo cuatro
conventos entre los que hubo escaso entendimiento. Por ello, en 1788, a
instancias de un proyecto de reforma de la Orden redactado por la monarquía
española, la Santa Sede suprimió la provincia del Tardón, así como varios de
sus monasterios e incorporó los restantes a la provincia de Andalucía.
Las provincias
castellana y andaluza tuvieron un devenir más tranquilo y alcanzaron una
expansión considerable en siglo y medio, de tal forma que en 1667 ya se habían
fundado todos los monasterios que la Orden iba a tener en España. En 1788, al
tiempo que desaparecía la provincia del Tardón, las de Andalucía y Castilla
también se veían afectadas por el proyecto reformista de la monarquía, cuyo
objetivo era simplificar el panorama de los monasterios basilianos, debido a la
precaria situación económica de la mayor parte de los mismos. Así, se previó
cerrar los más pobres e incluir a sus monjes en los restantes, de tal modo que
Castilla contaría con cinco claustros y Andalucía con siete. El proyecto fue
aprobado por la Santa Sede y ejecutado entre 1788-1790.
Desde entonces, la
decadencia de la Orden fue constante y los avatares de la Guerra de la
Independencia afectaron sustancialmente a los claustros de Sierra Morena,
Salamanca y Valladolid. Por último, tres decretos de supresión de órdenes
religiosas y desamortización de sus bienes de 1835-1836 pusieron fin a la historia de los basilios en España.
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